miércoles, 12 de septiembre de 2007

Dos días después he regresado. Encuentro que cuando uno no tiene las palabras adecuadas, o al menos algunas que puedan servir para algo, uno debería guardar silencio. El silencio es un bien que debería ser muy apreciado y que sin embargo, cada día se encuentra menos.

¿Les ha pasado alguna vez que se han encontrado en algún lugar y se han sentido agobiados? A mí me ha ocurrido bastantes veces... unas por la imposibilidad de mantener una conversación fluida (y cuando lo digo no lo hago refiriéndome al dialogo que pudiera tener en ese momento sino en el hecho de que resulta inútil hablar porqué con la música, o el griterío, o la mezcla de ambos... uno al final opta por dejarse llevar y olvidarse de lo que realmente importa y es la comunicación); y otras por todo lo contrario y es que en la fluidez del dialogo el tono acababa por no ser el adecuado y se decían cosas que más vale uno se callara porqué no es cuestión de buscar los defectos en el otro discutiéndose... porqué no siempre está bien tener la razón y no siempre tiene más razón quien mejor habla (ésto de mejor con ironía). Sencillamente el silencio, como les cuento, es valioso. Las interferencias entre los interlocutores llevan a lo que conocemos como malentendidos... ¿y cuántas cosas malas han ocurrido en la historia de uno, o de muchos, por culpa de pequeños malentendidos? Cientas. Sin embargo, el silencio también es señal de la muerte; porqué si algo nos dice o nos sugiere que quizás no haya nada después de la muerte es el silencio de los túmulos. Así que yo digo, ¡sí! al silencio.

Otro tema relacionado con las discusiones. Cuando uno se ha discutido, si realmente le importa, tendrá la necesidad como ocurre cuando algo malo ha pasado, de desahogarse y poder liberar toda la tensión todavía acumulada... Generalizando para cuando uno tiene un problema y queremos ayudar uno ha tener en cuenta: 1. está bien poder ayudar al prójimo y preguntarle si realmente necesita desahogarse; 2. cuando la cosa es evidente es menester olvidarse del primer paso y mirar de colaborar en lo necesario pero sin implicarse demasiado en el tema; 3. demasiada implicación puede llevar a dos caminos: el que se te agradezca que estés encima y te preocupes tanto, o bien que pague contigo el descontento y malhumor porqué prefiere guardárselo para sí; 4. para todo hay tiempo y aunque es necesario dar solución a los problemas, todo tiene un momento y quizás hacerlo de inmediato no es lo correcto...

Gracias a ésto puedo decir que algo que casi todos cometemos es el hecho de ofrecer soluciones a los que consideramos problemas. Yo creo que uno, el que está sufriendo, no necesita sentir que todo va a ir bien, o que puede hacer ésto o esto otro..., pienso que lo que realmente necesita una persona así es el tener a alguien que pueda ayudarle a encontrar el camino, a encontrar la solución por sí mismo... No hay nada más fastidioso que alguien piense, sienta por ti. Como el hecho de decir que comprendes lo que ocurre, cuando jamás has vivido lo que ha vivido esa persona... ¿por qué mentir usando palabras inadecuadas? Lo justo es decir que sientes que se encuentre así.

Y para las soluciones que uno encuentre, jamás debe tomarlas pensando en el ahora. Una decisión, con lo que cuestan, debe tomarse cuidadosamente. Las decisiones equivocadas nos conducen a consecuencias que no quisimos prever y a situaciones más embarazosas que inexplicablemente nos llevan a otros problemas que necesitarán de más soluciones... Sé que ésto es complicado de entender, pero es que hoy me levanté reivindicativo y me dio mucho que pensar la convivencia en, como diría el Señor Cuesta, esta nuestra comunidad.


Un abrazo muy fuerte,



El Ángel Guardián









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