jueves, 27 de marzo de 2008

A veces nos despertamos de una manera y a veces nos despertamos de otra, a veces somos de una manera y a veces somos de otra. Así o asá, aquí o allá, pero siempre nosotros. ¿Por qué somos tan variables? ¿Por qué nos da miedo ser tan variables?

Yo pienso que es porqué tenemos miedo a demostrar cómo somos en realidad ante el resto de la gente. Tenemos vergüenza de mostrar nuestro verdadero ser más oculto y, lo que nos puede parecer peor, no ser aceptados. Esa sensación tan, por definirla de alguna manera, horrible nos lleva a encerrarnos en nosotros mismos y proyectar sobre los demás desconfianza, seriedad, introversión, miedo, rabia, y por contra, envidia, odio...

Alguien muy sabio en mi vida dijo que contra más amigos tuviera más puñaladas recibiría así que, ¿por qué no confían en su familia y abren su corazón? Los padres siempre miran el bien de sus hijos (hablando del padre preocupado). Aunque nosotros pensemos que hacen las cosas para hacernos daño o castigarnos para molestarnos o fastidiarnos nuestros planes, en verdad nos están corrigiendo para mostrarnos el lado bueno y malo de la vida y no caer en la tentación en el futuro y reparar nuestros errores del pasado para que aprendamos la lección.

La comunicación es muy importante, no tan sólo en el hogar, sino entre las personas y rodearse de un entorno cómodo donde poder resolver los problemas, si los hay nos conllevará a vivir más felices. Empecemos por la amistad. Las parejas pueden no durar para siempre, pero la amistad puede ser eterna.

Salir, divertirse, disfrutar de la vida... es eso lo primordial que hay que tener en cuenta. No debemos esperar de los demás, sino también ofrecer, proponer de salir y abiertamente sugerir mil maneras de encontrar gustos en común para socializarse y así, en buena compañía, contra más gente mejor pues más reiremos, pasarlo en grande con las pequeñas cosas que hacen que la vida valga la pena.


Un besazo muy grande,



El Ángel Guardián








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