lunes, 24 de marzo de 2008

Todo está en silencio. Fuera llueve y hace frío. El tiempo está alborotado y no tienes ganas de salir. Te sientes apesadumbrado y triste porqué tus planes no pueden realizarse... y de repente... sueñas con momentos mejores que te hicieron feliz y te sientes mejor. Así lo hago yo. Me acuerdo de los tiempos de mi infancia que pasé con mis abuelos, de todo lo que he aprendido con mis padres, de los ratos que paso con mi hermano, de mis salidas con mis amigos, de la ayuda que me brindan mis mejores amigos en la distancia y sobre todo, de mi hermanita que la quiero como lo que más en este mundo.

De pequeño, como en la Historia Interminable solía perderme en los libros y evadirme del mundo... Ahora no me queda otro remedio que enfrentar los problemas de la vida. Madurar es parte de crecer. Madurar es parte de vivir. Hay quien me ha dicho que tengo muchas cualidades buenas, quisiera creérmelo pero yo no me considero más o menos importante que nada ni nadie, simplemente soy como soy y ni por nada ni por nadie cambiaré... He cometido muchos errores en mi vida y pienso de alguna manera, si es posible, remendarlos. Siempre es bueno estar dispuesto a pedir perdón, se lo recomiendo a ustedes.

Perdón, disculpa, lo siento, no volverá a pasar... Las palabras se las lleva el viento, los hechos son lo que quedan. ¿Pueden estar dispuestos a demostrar cada día lo que sienten en su interior? Pruébenlo. Una vez, una sabia amiga me dio un consejo, antes de morir, y decía lo siguiente: Sé fuerte con las personas y sé tú mismo con tus amigos. Eso quiere decir que puedes abrir tu corazón con las personas que te sientas cómodo y seguro y que sepas que puedes confiar y ante el resto siempre no derrames ni una lágrima y mantén siempre una sonrisa.

Desde aquí, ahora que la recordé, también quisiera acordarme de esa persona y allí donde esté rezar por ella, porqué fue muy importante para mí en mi vida. Ella se rindió y yo desde entonces he deseado hacerlo cada día, hasta que conocí a a la persona que me devolvió las ganas de vivir y seguir adelante y curarme, que es mi hermanita Adri. Adri es una chica maravillosa a la que le debo muchísimo y a la que le debo encontrarme tan bien como para poder continuar manteniendome tan feliz como para poder seguir compartiendo mis consejos con ustedes. La amo por ser como es, y espero que nunca cambie.


Desde mi corazón,



El Ángel Guardián











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