miércoles, 29 de agosto de 2007


¿Cómo se puede echar de menos algo que ni siquiera ha ocurrido? Eso mismo me pregunto yo pero eso mismo siento que nos puede pasar a todos cuando ponemos muchas esperanzas en algo que por más que lo vemos delante y que jolines podemos conseguirlo nunca o al menos por ahora parece nunca llegaremos a disfrutarlo...

Y sin embargo, cuando realmente tenemos la posibilidad de conseguir lo que más queremos, lo que si escucháramos la voz del corazón llegaríamos a saber que es lo que realmente queremos y nos conviene... pues justo entonces es cuando uno mismo se busca problemas...

Hablo de los celos por ejemplo... ¿De qué sirven? Bueno, si existen es por algo y todo es justa medida es bueno y todo tiene su momento digo yo... pero alguien que continuamente está dudando de los demás, ya no hablo sólo de relación de pareja, sino en general... tener celos de un hermano, tener celos de un amigo, de un conocido... Celos, envidia... lo que sea... ¿por qué ensuciar una relación con semejantes sentimientos? Son ganas de que las cosas se compliquen y puedan ir mal intencionadamente,... bueno intencionadamente no porqué muchas veces es algo con lo que ya uno nace y no puede evitarlo...

Piensen por un segundo en si realmente hay motivos para desconfiar de las personas,... piensen en si alguna vez le fallaron y si fue así cómo y qué hizo esa persona que les falló... Si no les fallaron e igualmente se sienten bien con esa persona, ¿por qué continuamente evocar a detalles que nos molestan simplemente por ponernos algo celosillos...?

Si les dijera que se dejaran de historias, bueno no sería quién para decir algo así, pero si que les digo que si notan que desconfían, si sienten que algo les molesta... lo mejor es hablar las cosas... es mejor limar asperezas que no dejarlas ahí en un rincón del corazón que a la larga se espinan ellas solas y al final hacen daño cuando menos lo esperas...





Por lo pronto aquí les dejo la entrada de hoy... no estoy muy inspirado estos días... siempre teniendo cosas que hacer... quizás es que siento que las vacaciones ya acabaron y que vuelve la rutina... cuando uno nunca se siente preparado para volver a los quehaceres habituales... ¡con lo bien que estaba uno sin hacer nada! En fin, hasta pronto...



Un abrazo,





El Ángel Guardián







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